El Partido Comunista del Uruguay toma resoluciones
también en la noche del 26 de junio
respecto a la huelga general con ocupación
de fábricas, moviendo a miles de
sus afiliados de agrupaciones de empresas
que en la misma madrugada se dirigen a sus
lugares de trabajo y de las agrupaciones
barriales. Posteriormente se plegarían
los gremios de estudiantes universitarios.
La huelga duraría 15 días,
la más larga en la historia del país.
Durante
este período de terrorismo de estado
se practicó sistemáticamente
la tortura, desaparición forzada
y prisión.[6] En las cárceles
uruguayas murieron cerca de un centenar
de prisioneros políticos y continúan
desaparecidas otras 200 personas.
En
1976, al terminar Juan María Bordaberry
su mandato constitucional, ante la convicción
de que el caos político que había
vivido el país era responsabilidad
de su sistema político, propone a
la Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas
Armadas una reforma del sistema institucional
del país, eliminando los partidos
políticos y sustituyéndolos
por "corrientes de opinión"
en un sistema de corte corporativista.
Las
Fuerzas Armadas, entendiendo que el problema
no eran los partidos políticos, sino
sus integrantes, y que la solución
al problema vendría por la vía
de una renovación de sus dirigentes,
retiran su apoyo al presidente, que se vería
obligado a abandonar el cargo en junio.
Mientras
continuaba la represión, Bordaberry
es reemplazado por el entonces presidente
del Consejo de Estado, Alberto Demicheli,
quien suspende las elecciones previstas
para noviembre y delega la presidencia en
Aparicio Méndez (ex Ministro de Salud
Pública), quien la asume por un período
de cinco años.