El Partido Comunista del Uruguay se presentó
como el FIDEL (Frente Izquierda de Liberación),
en el que se agrupaba también a sectores
que abandonaban los partidos tradicionales.
La vieja Unión Cívica del Uruguay
se reformuló formando el Partido Demócrata
Cristiano. En el Partido Nacional, la UBD
se alió con el Herrerismo ortodoxo
para disminuir la influencia de Nardone. El
resto del Herrerismo continuó aliado
al dirigente rural. Dentro del Partido Colorado
continuaron las fragmentaciones, destacando
la creación de la Lista 99, integrada
por elementos de la Lista 15 y de la Lista
14. La recientemente creada lista presentaba
un programa renovador que consideraban como
una actualización del batllismo. Por
otra parte, también en la interna colorada,
la Lista 14 se convirtió en la Unión
Colorada y Batllista.
Las
elecciones fueron nuevamente ganadas por
los blancos, aunque el margen entre éstos
y los colorados se redujo: de 120.000 votos
hacía cuatro años, pasaron
a 23.000 sufragios de diferencia.
El
nuevo Consejo Nacional de Gobierno fue integrado
por Daniel Fernández Crespo, Washington
Beltrán, Carlos María Penadés,
Héctor Lorenzo y Losada (UBD), Luis
Giannattasio, Alberto Heber Usher (Herrerismo
ortodoxo), Alberto Abdala, Amílcar
Vasconcellos y Óscar Gestido (Partido
Colorado).
Este
segundo gobierno blanco fue pronto víctima
de las enemistades internas. La alianza
entre la UBD y el Herrerismo ortodoxo pronto
sucumbió, y los ministros blancos
comenzaron a ser interpelados por los senadores
de su propio partido.
La
situación económica internacional
fue adversa a Uruguay, ya que la Comunidad
Europea comenzó a subsidiar a sus
productores y aumentó los aranceles,
la URSS lanzó un programa para aumentar
la producción de carne y de leche,
al tiempo que países como Australia
y Nueva Zelanda aumentaron su productividad.
Los precios internacionales cayeron. En
1963 el Banco República debió
devaluar la moneda, y el dólar pasó
a valer 16,50 pesos. La conflictivdad aumentó,
y las huelgas, paros u ocupaciones se hicieron
comunes (entre enero de 1964 hasta marzo
de 1965 se contabilizaron 650 movilizaciones).
En 1964 se formó la Convención
Nacional de Trabajadores, organismo de coordinación
entre los sindicatos dentro de la Central
de Trabajadores del Uruguay (CTU) y los
sindicatos no afiliados a ella (por ejemplo,
los bancarios o los trabajadores de la carne).
El año 1965 fue devastador. Se inició
con una intensa sequía que afectó
al país durante el verano y perduró
hasta otoño, con las consiguientes
pérdidas económicas en la
actividad agropecuaria y la producción
de energía. Además, ese mismo
año quebró el Banco Transatlántico,
arrastrando tras sí al sistema bancario
nacional (Banco Atlántico, Banco
Uruguayo de Administración y Crédito,
Banco de Producción y Consumo, etc.).
Con la crisis salieron a luz varias prácticas
fraudulentas, como, por ejemplo, la textil
CUOPAR, que tenía vinculaciones dolosas
con el Departamento de Negocios con el Exterior
del Banco de la República, o "las
bolsas negras", que eran créditos
especiales concedidos a varias personalidades
políticas. El Gobierno debió
soportar un sismo político al tiempo
que la Asociación de Bancarios del
Uruguay declaraba la huelga general. El
Gobierno continuó con su política
liberal, pero la economía no logró
ser controlada, y en 1966 la deuda aumentó
producto del año electoral (como
había sucedido en 1962), al igual
que la inflación (entre diciembre
de 1964 y mismo mes de 1965 los precios
aumentaron 88%).
También
contribuyó a empeorar la situación
la muerte, en 1964, de los principales líderes
políticos del país: Benito
Nardone, Luis Batlle Berres, Javier Barrios
Amorín, Daniel Fernández Crespo
(todas muertes acaecidas en un período
de tres meses) y el retiro de la política
de César Batlle Pacheco, que moriría
en 1966.
Por
otra parte, la movilización obrera
provocó la implementación
en varias ocasiones de las Medidas Prontas
de Seguridad por parte del Gobierno (por
ejemplo, en febrero de 1963, a raíz
de la huelga de los trabajadores de UTE,
o en octubre de 1965, ante la presión
ejercida por los gremios para aumentar los
salarios). Durante el segundo colegiado
blanco fue tomando forma el movimiento obrero,
y a la creación en 1964 de la ya
mencionada CNT le siguió la realización
del Congreso del Pueblo en 1965, donde se
proponían las salidas a la crisis,
lo que desembocaría con el establecimiento,
en 1966, de la CNT como central única
de trabajadores.
En
este segundo gobierno blanco tomaron lugar
robos que luego se sabría eran obra
de la guerrilla urbana tupamaros. Se puede
señalar el robo de armas del Club
de Tiro Suizo de Nueva Helvecia (considerado
el primer acto de los tupamaros), el bombardeo
de la embajada de Brasil después
del golpe de Estado en dicho país,
atentados con bombas a domicilios de integrantes
del Consejo Nacional de Gobierno y a sucursales
de bancos estadounidenses, etc. Además,
por estos años se llevaron a cabo
las marchas cañeras, manifestaciones
de trabajadores de la caña de azúcar
de Artigas, que reclamaron en Montevideo
por los despidos masivos. Estos trabajadores
eran dirigidos por Raúl Sendic, al
punto de que la consigna de la movilización
era "por la tierra y con Sendic".