El otro sector (que triunfaría cuatro
años después) era la UBD (Unión
Blanca Democrática), que representaba
lo urbano. De esta forma el Consejo Nacional
de Gobierno (recordar que desde 1952 el Uruguay
adoptó un Poder Ejecutivo colegiado,
donde el poder era ejercido por un consejo
de nueve personas, seis del lema más
votado, tres del que lo seguía) quedó
integrado por Martín R. Echegoyen,
Eduardo Víctor Haedo, Justo Alonso
(herreristas), Benito Nardone, Faustino Harrison,
Pedro Zabalza Arrospide (ruralistas), y los
colorados César Batlle Pacheco, Ledo
Arroyo Torres y Manuel Rodríguez Correa.
En
estas elecciones, los blancos triunfaron
con el 49.7 por ciento de los votos, lo
que representa 499.425 ciudadanos, y los
colorados obtuvieron un 37.7 por ciento,
lo que equivale a 379.062 sufragios.
Sin
embargo, el cambio de mando de un partido
político a otro estuvo signado por
la intranquilidad. Como ejemplo se puede
hablar del relato de Líber Seregni,
líder político que por ese
entonces era coronel, al periodista Alfonso
Lessa, en el que cuenta que algún
militar colorado le propuso a Luis Batlle
Berres no entregar el poder, y éste
respondió echándolo "a
patadas en el culo" (así se
expresó el testigo).
El
primer año de gobierno blanco fue
bastante complicado.
En abril de 1959 se desataron graves inundaciones
en los departamentos del litoral y del centro
del país. El gobierno aplicó
Medidas Prontas de Seguridad entre el 15
de abril y el 23 de junio. Tuvo que racionarse
el consumo de energía, se creó
una Comisión Pro-Damnificados, para
obtener recursos se lanzó un Empréstito
Patriótico y se modificaron los horarios
laborales. Las consecuencias fueron catastróficas:
se calcularon 41.000 personas desplazadas,
además de pérdidas económcias
y materiales millonarias.
Además,
en poco tiempo la alianza entre el herrerismo
y el ruralismo se quebró, y comenzaron
los ataques entre un sector y otro. El 8
de abril de 1959 falleció Luis Alberto
de Herrera.
Los
blancos habían llegado al poder con
la promesa de desmantelar el modelo neobatllista,
caracterizado por la intervención
del Estado y numerosos subsidios, además
del tipo de cambio múltiple (esto
significaba que el dólar tenía
distinto valor dependiendo de la actividad
de quien comprara o vendiera). En este sentido,
los blancos implementaron una política
económica que apuntaba a liberar
la economía. El 17 de diciembre de
1959, fue aprobada la reforma cambiaria
del ministro de Hacienda Juan Eduardo Azzini,
en la que, entre otras cosas, se eliminaba
el poder del Estado de fijar los tipos de
cambio (a partir de ese momento el valor
de las monedas sería fijado por la
oferta y demanda), se sustituía el
tipo de cambio múltiple por aranceles
aduaneros y nuevos subsidios, y se devaluó
la moneda, que pasó de 4,11 pesos
por dólar a 11 pesos. Como producto
de esta reforma, que significaba un duro
golpe al Estado benefactor (o al menos esa
era la percepción de la opinión
pública de la época), se disparó
la conflictividad social y en 1961 apareció
la CTU (Central de Trabajadores del Uruguay).
El resultado inmediato de la reforma fue
una inflación del 49 por ciento,
producto de la devaluación, pero
en los siguientes dos años, fue moderada.
En
materia de política internacional,
Uruguay confirmó ser un país
influenciado por Estados Unidos. Por ejemplo,
en Punta del Este se llevaron a cabo las
reuniones que crearon la Alianza para el
Progreso, y en 1961 Uruguay declaró
personas no gratas al embajador cubano y
al primer secretario de la embajada de la
URSS, y el año siguiente, nuevamente
en Punta del Este, se realizó la
VIII Reunión de Consulta de Cancilleres,
en la cual se decidió la expulsión
de Cuba de la OEA. De este primer gobierno
blanco también datan las primeras
cartas de intención firmadas con
el FMI. Aunque también se debe destacar
la visita de Fidel Castro en 1959 (antes
de que se declarara marxista-leninista)
y de Ernesto Guevara en 1961. Este último
personaje dio un discurso en el Paraninfo
de la Universidad, en el que desconcertó
a todos los uruguayos, al afirmar que la
fuerza era la última herramienta
y que sólo debía ser usada
contra el que la ejerce indiscriminadamente,
además de resaltar las condiciones
democráticas del Uruguay. Al salir
del Paraninfo, Guevara ingresó en
un auto en medio de la muchedumbre, y en
una esquina, desde el Gimnasio Universitario,
partieron varios disparos. Cuando se disipó
la multitud, se pudo constatar que el profesor
de historia Arbelio Ramírez había
sido muerto por las balas destinadas a Guevara.
En su sepelio se distribuyeron volantes
amenazantes firmados por el MEDL (Movimiento
Estudiantil por la Defensa de la Libertad),
grupo de ultraderecha, aunque hay versiones
que dicen que Ramírez fue ultimado
por izquierdistas. Durante este primer gobierno
blanco también se acabó con
el largo litigio mantenido con Argentina
sobre los límites fluviales. El 30
de enero de 1961 se firmó una declaración
conjunta por la que se estableció
el límite exterior del Río
de la Plata, en la que se consolidaba la
soberanía doble y compartida sobre
las aguas, así como se afirmaba que
el Plata constituía en todo su curso
un río hasta la desembocadura en
el océano Atlántico. Meses
después, el Gobierno inglés
presentó una protesta por esta resolución,
sosteniendo que las aguas eran un estuario,
y que a partir de 6 millas de la costa,
eran internacionales.